El Ciclón del Gallego Insua jugó gran parte del segundo tiempo con un hombre más, pero no pudo con la Lepra, que casi lo gana sobre el final.
El astro argentino, Lionel Messi, que había sido invitado para presenciar el partido entre Newell’s y San Lorenzo, no se perdió nada, se salvó de ser testigo de un encuentro soporífero, con escasas situaciones de gol, muy pocas jugadas de elaboración colectiva y un juego sin ritmo.
La Lepra fue el equipo más ambicioso. Salvo por un breve lapso del final, cuando los dirigidos por el Gallego Insúa se animaron a asomar la cabeza y tuvieron algunas aproximaciones más por empuje que por elaboración, el local intentó asumir el protagonismo. Y no renunció a ese rol ni siquiera cuando a los 17 minutos del segundo tiempo quedó en inferioridad numérica por la expulsión del zaguero Cristian Lema.
Los rosarinos, que cuentan con un plantel austero y con muchos juveniles en pleno proceso de aprendizaje, tuvieron más ocasiones para ponerse en ventaja en un choque pobre, con una gran economía de emociones. Un disparo alto de Balzi, un tiro libre en el que el uruguayo Méndez no llegó a capturar el rebote y un tiro en el palo de Rossi en la agonía del encuentro fueron las chances más claras de Newell’s.
Promediando el complemento, Trucco también había sancionado un penal para el local al advertir una supuesta infracción de Gattoni sobre Panchito González, aunque el árbitro finalmente decidió dar marcha atrás y, con buen tino, corrigió su decisión luego de revisar la acción mediante el VAR.
Lo de San Lorenzo es preocupante. Fue un equipo tibio, despojado de ambición, sin determinación para tratar de salir a llevarse puesto a un adversario que jugó varios minutos con un hombre menos.
El conjunto de Insua, que venía de empatar con Independiente (1-1) en la primera fecha de la Liga Profesional, se fue enamorando del empate con el correr de los minutos. Fue un equipo timorato, que dio la impresión de conformarse con poco y apenas tuvo una leve reacción en el tramo final, cuando el partido se reanudó tras una falla en una torre de iluminación y Cerutti tuvo un remate de volea. El Pocho, al igual que Martegani y Bareiro, fueron víctimas de un sistema y un planteo conservador, con línea de cinco en el fondo.
La pelota les llegó muy poco y por momentos tuvieron que retroceder mucho para entrar en contacto con ella. Cuando San Lorenzo se animó a salir quedó en evidencia la fragilidad del equipo, ya que dejó espacios que la Lepra pudo haber aprovechado si hubiese tenido más jerarquía y capacidad de resolución en las proximidades del área contraria.
Fue empate en un partido en el que, en general, lo que más hizo levantar al público de sus butacas fueron las jugadas en las que tuvo que intervenir el VAR. El tiempo ya se encargará de cotiza el valor del punto para ambos. Lo que está claro es que San Lorenzo, producto de las obligaciones que impone su camiseta, precisa demostrar mucho más.
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